Esta crisis se está llevando por delante grandes corporaciones que parecían intocables, insustituibles, que habían ganado un lugar que nadie les podría usurpar. Tal era su poder que podían mirar por encima del hombre a la mayoría de los rivales.
Pero ahora, algunas de estas grandes corporaciones se han derrumbado o han resultado dañadas de gravedad (en sus beneficios y en su reputación). Ser el número 1 conlleva ser el objetivo de muchas miradas que provocan en el observado la necesidad de mantenerse ahí como pueda para mantener su reputación.
Si algo debemos comprender es que ese número 1 es una corona que cambia de cabeza, como la de los reyes. Algunos les dura tanto que parecen inmortales (como la reina de Inglaterra) y otros son tan breves como algunos ejemplos que nos dejó la historia (como aquél Papa que duró unas horas). Pero a “rey muerto, rey puesto”. Y el que deja su sitio, deja el trono para el siguiente.
Dejando las similitudes con la realeza, me quiero centrar en la banca. En concreto, en el Banco Santander que ya casi se puede coronar en el triunfador de la crisis. El último lugar que está ocupando que es sólo para los más grandes es el patrocinio de Ferrari.
El acuerdo se ha cerrado por cinco temporadas a razón de 40 millones por cada una. Según declaraciones de Emilio Botín se trata: “la mejor oportunidad de marketing corporativo en los 150 años de historia de Banco Santander, que permitirá transmitir al público masivo la fortaleza, la internacionalidad y el liderazgo”.
Esta decisión después del éxito que ha tenido el patrocinio de McLaren en los años anteriores, que según declaró su presidente: “Hoy cuatro de cada cinco ciudadanos británicos conocen al Banco Santander, cuando hace tres años sólo lo hacía uno de cada diez”.
Y es que ahora en Ferrari, estará en el primer equipo de muchos aficionados a este deporte(aproximadamente el 80% de la afición de la Fórmula 1 es seguidor de este equipo) que es el más visto de todos en todo el mundo (junto con el Mundial de Fútbol y los JJ.OO) que además se emite todos los años (mientras los otros es una vez cada 4 años).
Una jugada redonda para dar una imagen de fortaleza del banco, pues una empresa que se anuncia en el primer equipo de la Fórmula 1 no sólo gana en relevancia, sino en confianza. Justo esto último es lo que necesita el banco para seguir extendiéndose en nuevos mercados: América Latina, Centro-Europa y, quien sabe, si hasta China.